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Publicado en Escritos
Por Ignacio Ruiz
Jueves, 5 de Septiembre del 2024

"Yo se que otra vez habrá sol"

Por Ignacio Ruiz

Es un domingo frío y lluvioso en la Ciudad de Buenos Aires. Hace unas horas se dio el último concierto de una de las bandas más importantes de la historia del país, y ahora solo queda esperar la posible y utópica vuelta, porque las bandas siempre vuelven; con tiempo,
pero vuelven.

La noche anterior fue de las más heladas que se recuerdan. El día acompañó a los sentimientos de 65 mil personas que iban a presenciar el mayor evento del año. La cobertura televisiva y las pocas redes sociales se hicieron eco de esto. La banda se presentó y, durante tres horas, repasaron en 32 canciones toda su historia, que los llevó a diferentes momentos y vivencias.

El frío, una vez más presente, azotaba como nunca: abrigos, gorros, chalinas, pantalones largos, guantes…de todo. El peso de la historia de cada uno se representaba en la vestimenta. Nadie, ni el más optimista, creía que era el final, ni los mismos protagonistas que, durante 20 años, deleitaron en los escenarios del país, latinoamericanos y europeos.

La formación: un guitarrista y baterista zurdo, un guitarrista y bajista diestro, teclado y percusión, y por último el frontman, el que llevaría la batuta de la noche. La despedida estaba en marcha, y el deseo del regreso comenzaba a gestarse.

La vida es eso que pasa mientras repasas en las letras de las canciones tus momentos más importantes, desde la alegría de un nacimiento hasta el dolor de una pérdida. Las personas que se agolparon en las gradas y campo del Monumental se dejaron llevar por las melodías,
ritmos y letras. Su banda sonora de toda su vida daba por finalizadas sus operaciones y daba paso a un mito que fue apagado, pero que, con los nuevos curiosos, logró elevarse al estatus de leyenda.

Y la vida, que es tramposa, da un giro y, como una injusticia se lleva a uno de los zurdos, uno de los líderes, el más joven y al que más admiración y respeto como músico se le tenía. La vuelta, de utópica, se tornó imposible: con uno menos y un hueco difícil de llenar, las
esperanzas quedaron opacadas.

Pasaron muchos años de esa fría noche de mayo de 2009. Cada persona que estuvo en ese recital recordó los momentos vividos. Hoy, tras un anuncio inesperado, se hizo realidad, el regreso más esperado. El juego de la memoria y la nostalgia invaden la piel y se convierten en lágrimas. La vuelta se dará, pero en una noche cálida de verano de 2024.

Como un giro del destino, yo sé que otra vez habrá sol.

Los Piojos.